#02 – Build. El producto como vehículo de tu propuesta de valor.

 

Si pensás en tu producto o servicio como el simple vehículo mediante el cual vas a satisfacer necesidades, o solucionar problemas, a tus clientes, podrás liberarte sin problemas de lo que estás haciendo ahora, o mejor aún, de lo que está haciendo tu competencia. Si logras poner por delante del «Qué» y «Cómo», al «Por qué» y lo juntas con tu «Propósito» vas a poder abandonar cualquier atadura o techo auto impuesto e imaginar ilimitadas posibilidades y opciones en tu modelo. Si ves como piezas de ajedrez, a cada uno de los componentes, y comenzás a moverlos o reconfigurarlos a tu antojo no tendrás límites.

Es fundamental que nunca pierdas de vista cuál es tu propósito, ya que el lienzo permite ilimitadas combinaciones, y no todas al final de cuentas, van a llevarte a lograr tus objetivos. Tu proyecto puede estar ligado a un gran problema sin resolver, o por tener acceso a un conocimiento o habilidad que deseas explotar, incluso, a tener acceso a una audiencia a la que te interesa atender.

En este sentido, y una vez que lográs estos cambios en tu manera de pensar, podés validar distintas hipótesis de muchas formas, y lo que es más importante, sin contar con el «producto final» desarrollado. Cuanto más hipótesis logres validar, menor será el riesgo para tu proyecto. Y a continuación deberás trabajar en combinaciones que aumenten los márgenes, disminuyan los costos fijos, sean más escalables, requieran de menor inversión y puedas eliminar la mayor cantidad de barreras a las que pueda enfrentarse tu modelo.

Al final del día muchas de las cosas que se consumen, son conocidas desde hace muchísimos años, y lo que varía es la manera en que accedemos a ellas. En general muchos de los nuevos modelos de negocios son variaciones en los canales de comunicación, de ventas o de distribución. Un modelo de negocios es diferente a un modelo de ingresos. Cuando vemos una película en Netflix, vemos cine, pero lo consumimos, lo pagamos y llega a nosotros, de una nueva manera.

Muchas empresas simplemente nacen con alguien tratando de encontrar un mercado que esté dispuesto a pagar por lo que tienen para ofrecer. Si a esto le sumas la infinidad de mitos sobre emprendimiento que existen, el resultado es en muchos casos, emprendedores o empresarios que terminan teniendo que hacerse cargo de negocios muy diferentes al que soñaban al comienzo.

La realidad, al final de cuentas, es que se pueden obtener $100.000 (en la moneda que prefieras) de muchas formas. Con un solo cliente que te pague ese monto, 4 de $25.000, 100 de $1000 o 100.000 que paguen $1.

Y eso es algo que se debe decidir lo antes posible, por que la estructura, los recursos y habilidades que se necesitan para cada caso son muy diferentes. Si volvemos a la estrategia, tu objetivo es lograr esos $100.000, y el vehículo con el que planeas lograrlo es tu “modelo de negocios”.

Si tu modelo de negocios está a la deriva, puede que te conviertas en alguna de esas personas que esperan una vida completa, a que ocurra algo milagroso, para que su negocio (que finalmente está funcionando) le permita vivir de la manera en que desea o le gustaría hacerlo. Existe la idea errónea de que un modelo con más ofertas es de alguna manera mejor (o más probable que produzca mayores ganancias) que un modelo comercial simplificado.

En estos días, mucho de lo que vas a ver en Internet, fomenta (como solución a todos los problemas) el lanzamiento de “productos digitales” como cursos en línea, membresías y una lista de “infoproductos” prácticamente ilimitada.

Los infoproductos como la salvación. Es cierto que lo digital es escalable, pero posiblemente solo termines agregando complejidad, y los ingresos adicionales o la “libertad” nunca lleguen.

Te cuentan que primero debes crear una gran audiencia, buscar un problema que necesite resolver tu audiencia, convencerlos de que sos el mejor para resolverlo, y luego como magia los ingresos llegan solos.

Si te preguntás, por el modelo de negocios ideal, la respuesta es que no existe, lo adecuado es que construyas el modelo que considere todos los factores que sean importantes para vos, que se vea reforzado por tu habilidades y acorde a tus necesidades. Si estás cómodo relacionándote de manera personalizada con los clientes, también podés crear un negocio escalable, sin que debas convertirte en “Youtuber”. Tené en cuenta tus habilidades, tus clientes, tu red de contactos, la forma en que te gusta trabajar, los riesgos que estás dispuesto a correr, el tipo de equipo que querés construir (o no construir), etc.